Aseguró que un transporte accesible para estos sectores de la población debe contar con instalaciones y unidades que permitan el tránsito, ascenso y descenso libre y continuo; con personal capacitado para prestar un servicio correcto, cortés, sin sobreprecios o restricciones y sanciones para aquellos operarios, permisionarios y concesionarios que cometan actos de discriminación.
Además es necesario que implementen un programa de educación para los demás usuarios en materia de derechos humanos para que respeten e incluso apoyen a los grupos en situación de vulnerabilidad, asentó.
El integrante del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación, detalló que la posibilidad de arribar a sus trabajos y escuelas sin obstáculos, además de accesar al servicio de salud oportunamente, son sólo algunos de los beneficios que tendrían estos usuarios, de consolidarse dichas propuestas.
Al recordar que la accesibilidad en todos los ámbitos es un principio fundamental de los tratados internacionales en materia de derechos humanos, apuntó, que su reconocimiento no basta, “hay que propiciar las condiciones materiales y económicas para hacerlo efectivo”, dijo.
Agregó, que esta medida ya se aplica en dos entidades con buenos resultados: Puebla, con taxis rosas y el Distrito Federal con su línea Atenea para uso exclusivo de mujeres, también en el Sistema de Trasporte Colectivo –Metro-, en donde se reservan algunos asientos para los adultos mayores y dispositivos mecánicos que dan cierta facilidad a las personas con discapacidad motriz y visual.
Finalmente, Veloz Espejel, reiteró que lo importante no es la discusión sobre el aumento del monto del pasaje y la renovación del parque vehicular, sino ofrecer un transporte que dignifique al usuario, pero sobre todo que sea incluyente con los grupos vulnerables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario