*Publicado
por la Diputada Y Vicepresidenta de la Mesa Directiva del Recinto Legislativo,
Martha Ávila.
Vale
la pena rescatar la memoria histórica:
El
Día del Maestro se instituyó oficialmente en 1918, bajo la premisa de que el
maestro era factor decisivo del progreso de la nación y dado fueron ellos de
los primeros en unirse al movimiento de 1910.
Durante
la Guerra Cristera, de 1926 a 1929, en la que el clero se opuso a la educación
laica, muchos maestros fueron perseguidos por los cristeros.
El
15 de mayo de 1935, el presidente Lázaro Cárdenas presidió una ceremonia en
honor de los educadores asesinados por los cristeros, y dispuso que cada año se
leyeran los nombres de los mártires de la educación.
Con
el tiempo, se ha ido perdiendo la memoria de los maestros sacrificados, por
ello, vale la pena recordar los nombres de algunos de ellos victimas del
fanatismo.
María
Rodríguez Murillo
La
madrugada del 26 de octubre de 1935, los cristeros le advirtieron a la maestra
que se fuera del pueblo; así asesinaron a la maestra María Rodríguez Murillo,
una profesora muy dedicada, que trabajaba en Huiscolco, municipio de Tabasco,
Zacatecas. A la mañana siguiente de su asesinato, el cura del lugar dio misa y
absolvió a los asesinos.
La
señorita Murillo fue acusada de ser comunista y de apoyar el reparto de
tierras, mientras que la gran mayoría del clero condenaba el agrarismo y
amenazaba a los campesinos que recibieran tierras con los castigos eternos del
infierno.
Murillo
se había enfrentado con el cacique del lugar porque él no quería que sus
trabajadores aprendieran a leer y escribir, mientras que el cura la tachaba de
hereje.
Carlos Toledano
De
acuerdo con Indalecio Sáyago, político mexicano que en esa época era maestro
rural: “…Los terratenientes, los ‘guardias blancas’, los curas, organizaron la
más feroz campaña en contra de los trabajadores de la educación: maestras
violadas, profesores asesinados. Un grupo de ‘guardias blancas’, en pleno día,
rodeó la escuela donde estaba laborando el maestro Carlos Toledano. Lo ataron
con alambre de púas de pies y manos. Con los muebles de la escuela, cuadernos y
libros hicieron una hoguera y lo quemaron vivo frente a sus alumnos”.
Los
mártires de Teziutlán
El
15 de noviembre de 1935, en Teziutlán, Puebla, fueron asesinados, en sus
escuelas, en presencia de sus alumnos, tres maestros rurales: Carlos Sayago
Hernández, en La Legua; Carlos Pastrana Jiménez, en Ixtipan, y Librado
Labastida Navarrete, en San Juan Xiutetelco; a quienes apuñalaron al grito de
¡Viva cristo rey!
En
Teziutlán, año con año, se lleva a cabo una ceremonia en honor de los maestros
mártires, y en el centro del poblado, hay tres placas conmemorativas.
Micaela
y Enriqueta Palacios
En
la placa conmemorativa se mencionan a las maestras Micaela y Enriqueta
Palacios, agredidas el 19 de noviembre de 1935. La prensa de la época reportó
los graves atropellos que las profesoras sufrieron de un grupo de sublevados
que asaltó la escuela oficial de la ranchería de Camajapita (en los Altos de
Jalisco).
Vicente
Escudero: héroe de la Prevocacional
El
profesor Vicente Escudero, de apenas 16 años, fue uno de los alumnos de la
Prevocacional número7, Rafael Dondé, que por su alto desempeño escolar fue
propuesto para ocupar las plazas de maestro rural en 1934.
Ese
mismo año se trasladó al poblado de Santa Mónica de viudas, en Valparaíso,
Zacatecas, para desarrollar su labor, pero pronto fue víctima del odio de los
cristeros, que lo acusaban de ser comunista y ateo.
El
5 de abril llegaron hasta su casa unos 70 de ellos, lo apresaron, lo
arrastraron, lo colgaron de un árbol, pues los fanáticos lo consideraban un
“anticristo” que ofendía a la Iglesia.
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