Una verdadera universidad del pueblo
La Universidad Autónoma Chapingo UACH, está considerada en Latinoamérica como la mejor casa de estudios superiores en agronomía, desde sus inicios ha proporcionado a México técnicos y especialistas que han contribuido al desarrollo agrícola y ganadero del país.
Esta institución representa la opción más económica para estudios de nivel licenciatura ya que cubre el cien por ciento del costo académico a todos sus alumnos. La comunidad estudiantil esta compuesta por jóvenes llegados de prácticamente todos los Estados de la república mexicana, el origen de casi todos estos jóvenes son humildes familias campesinas, de comunidades en ocasiones tan marginadas que al llegar a Chapingo, no pocos tienen que acostumbrarse incluso a comer diario, tan sólo habría que preguntar a los egresados quienes con orgullo cuentan sus anécdotas estudiantiles. Es decir la UACH es una verdadera escuela del pueblo.
Desinterés gubernamental
Otra característica de Chapingo es que sus egresados están por todo el territorio nacional o en el extranjero aportando sus conocimientos, lo malo es que muchos de ellos al presentar propuestas no son escuchados ya que las políticas públicas no coinciden con la visión de desarrollo que los gobiernos federales han implementado desde el año 2000. Desde la llegada de Vicente Fox el campo mexicano ha sido entregado paulatinamente a los intereses de grandes capitalistas, como ejemplo observamos que la Secretaría de la Reforma Agraria en el sexenio foxista fue ocupada por una abogada que de cuestiones agrarias sabía lo que yo sé de microbiología submarina, pero fuertemente ligada al grupo monterrey y que ocupo el cargo como pago de factura a ese grupo.
En la administración de Felipe Calderón vemos que las cosas no han cambiado, por el contrario se reafirmo el acceso a la utilización de terrenos de campesinos sin capital y a parcelas de ejidatarios en favor y a manos de inversionistas extranjeros que ya convirtieron en sus peones a ejidatarios y a los verdaderos propietarios.
Por otra parte, el pasado viernes 25 de febrero de 2010 estalló la huelga en la UACH, los Sindicatos de trabajadores como de académicos con demandas del 20 y el y el 25 por ciento ambos grupos gremiales coinciden en que el paro de labores se realiza por falta de voluntad de la autoridades pues estas no atendieron las demandas de los trabajadores.
Ni tú ni yo el culpable es él
Sin embargo el rector de esa casa de estudios, Aureliano Peña Lomelí, tiene poco margen para mejorar las mejoras salariales a los sindicalizados, lo anterior por dos razones fundamentales, la primera de ellas es porque en otras instituciones universitarias los acuerdos con los trabajadores no se han firmado con aumentos más allá del ocho por ciento entre salarios y prestaciones.
Así ocurrió en la UNAM y en el Colegio de Bachilleres o como se acordó hoy 02 de marzo en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca entidad donde las banderas de huelga fueron retiradas luego de una semana de paro por los mismos motivos laborales, eso lo saben los sindicalizados de Chapingo a quienes también les acorta su capacidad de demanda.
La segunda razón es la más grave y limita tanto al rector como a los sindicatos, el verdadero obstáculo lo representa la falta de voluntad del gobierno federal encabezado por Felipe Calderón ya que lejos de apoyar la educación pública ha dado por impulsar acciones a favor de la educación privada, tan sólo en días pasados se anunció la deducibilidad de impuestos para quienes tengan a sus hijos en escuelas que no pertenecen al estado, eludiendo así su responsabilidad de regir estatalmente la enseñanza y abandonando a su suerte a la mejor universidad agrónoma latinoamericana.
No puede la Universidad Autónoma Chapingo dar lo que no tiene y no pueden las organizaciones gremiales exigir lo que es imposible recibir, la razón: simple, la Federación no le otorga suficiente recurso a la SAGARPA y como la UACH recibe su presupuesto de esa secretaría entonces evidentemente el culpable es el Ejecutivo federal que así muestra no tener interés en fortalecer la Universidad Pública.
La Universidad Autónoma Chapingo UACH, está considerada en Latinoamérica como la mejor casa de estudios superiores en agronomía, desde sus inicios ha proporcionado a México técnicos y especialistas que han contribuido al desarrollo agrícola y ganadero del país.
Esta institución representa la opción más económica para estudios de nivel licenciatura ya que cubre el cien por ciento del costo académico a todos sus alumnos. La comunidad estudiantil esta compuesta por jóvenes llegados de prácticamente todos los Estados de la república mexicana, el origen de casi todos estos jóvenes son humildes familias campesinas, de comunidades en ocasiones tan marginadas que al llegar a Chapingo, no pocos tienen que acostumbrarse incluso a comer diario, tan sólo habría que preguntar a los egresados quienes con orgullo cuentan sus anécdotas estudiantiles. Es decir la UACH es una verdadera escuela del pueblo.
Desinterés gubernamental
Otra característica de Chapingo es que sus egresados están por todo el territorio nacional o en el extranjero aportando sus conocimientos, lo malo es que muchos de ellos al presentar propuestas no son escuchados ya que las políticas públicas no coinciden con la visión de desarrollo que los gobiernos federales han implementado desde el año 2000. Desde la llegada de Vicente Fox el campo mexicano ha sido entregado paulatinamente a los intereses de grandes capitalistas, como ejemplo observamos que la Secretaría de la Reforma Agraria en el sexenio foxista fue ocupada por una abogada que de cuestiones agrarias sabía lo que yo sé de microbiología submarina, pero fuertemente ligada al grupo monterrey y que ocupo el cargo como pago de factura a ese grupo.
En la administración de Felipe Calderón vemos que las cosas no han cambiado, por el contrario se reafirmo el acceso a la utilización de terrenos de campesinos sin capital y a parcelas de ejidatarios en favor y a manos de inversionistas extranjeros que ya convirtieron en sus peones a ejidatarios y a los verdaderos propietarios.
Por otra parte, el pasado viernes 25 de febrero de 2010 estalló la huelga en la UACH, los Sindicatos de trabajadores como de académicos con demandas del 20 y el y el 25 por ciento ambos grupos gremiales coinciden en que el paro de labores se realiza por falta de voluntad de la autoridades pues estas no atendieron las demandas de los trabajadores.
Ni tú ni yo el culpable es él
Sin embargo el rector de esa casa de estudios, Aureliano Peña Lomelí, tiene poco margen para mejorar las mejoras salariales a los sindicalizados, lo anterior por dos razones fundamentales, la primera de ellas es porque en otras instituciones universitarias los acuerdos con los trabajadores no se han firmado con aumentos más allá del ocho por ciento entre salarios y prestaciones.
Así ocurrió en la UNAM y en el Colegio de Bachilleres o como se acordó hoy 02 de marzo en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca entidad donde las banderas de huelga fueron retiradas luego de una semana de paro por los mismos motivos laborales, eso lo saben los sindicalizados de Chapingo a quienes también les acorta su capacidad de demanda.
La segunda razón es la más grave y limita tanto al rector como a los sindicatos, el verdadero obstáculo lo representa la falta de voluntad del gobierno federal encabezado por Felipe Calderón ya que lejos de apoyar la educación pública ha dado por impulsar acciones a favor de la educación privada, tan sólo en días pasados se anunció la deducibilidad de impuestos para quienes tengan a sus hijos en escuelas que no pertenecen al estado, eludiendo así su responsabilidad de regir estatalmente la enseñanza y abandonando a su suerte a la mejor universidad agrónoma latinoamericana.
No puede la Universidad Autónoma Chapingo dar lo que no tiene y no pueden las organizaciones gremiales exigir lo que es imposible recibir, la razón: simple, la Federación no le otorga suficiente recurso a la SAGARPA y como la UACH recibe su presupuesto de esa secretaría entonces evidentemente el culpable es el Ejecutivo federal que así muestra no tener interés en fortalecer la Universidad Pública.
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